sábado, 13 de marzo de 2010

SOBRE EL ESTUDIAR Y EL ESTUDIANTE, José Ortega y Gasset (1ª parte)









Hace unos pocos días encontré navegando por la web una lectura que me llamó la atención. Propiciaba ésta que diera una revisión para entender mejor su mensaje y me di con la sorpresa que el contenido representaba una explicación sobre la falsedad del acto de estudiar una disciplina.



El hecho de que estudiar sea una falsedad, no en el contenido, sino en el acto mismo de estudiar podía conllevar al desinterés por parte de los alumnos, sin embargo el autor afirma que eso no sucederá y mientras tomen mayor atención a la clase, él aclarará la situación.





Le hace falta que sólo alguna faceta del estudiar sea falsa para que su enunciado sea verdadero. Ahora bien las materias de geometría o economía existen porque los hombres las crearon y significaban para ellos una necesidad pues en su interior no podían prescindir de ellas.




Así se dice que hemos encontrado una verdad cuando hemos hallado un pensamiento que satisface una necesidad intelectual previamente sentida por nosotros. Entonces la Ciencia es tal para quien la busca afanoso. En un caso particular la Economía es una ciencia para quien la necesita; y para quien no la necesita es un montón de modelos y fórmulas que no sirven en el mundo práctico.



Por otro lado existe la posibilidad de la imposición de una necesidad, pero ésta no se siente como tal porque no nace de mí, es extraña y forastera. El autor llama a esta necesidad una necesidad mediata. Cuando esta necesidad mediata es impuesta se le invita al hombre a aceptar algo que no es suyo y que por lo tanto no podrá asimilar sin que éste se sienta obligado a sentirla.




Apliquemos este análisis al hecho de estudiar y preguntémonos qué es el estudiante como tal. La respuesta sería que el estudiante es un ser humano al cual se le impone la necesidad mediata de estudiar las ciencias de las cuales no ha sentido una necesidad auténtica que conlleve a la satisfacción plena del individuo.




En el mejor de los casos la ciencia atrae el espíritu del alumno porque ésta le puede procurar triunfos en la vida, pero esto no tiene ninguna dependencia con la misma intencionalidad de crear ciencia. El ser humano anhela el conocimiento como un deseo y para sentir ese deseo debe tener cerca la cosa que produce el deseo. Este objeto que permite el deseo es la ciencia que ya esta creada, en cambio la excepción es el individuo que no necesita de la cosa que crea deseo para tener la necesidad de ciencia.




La persona normal se acerca a la ciencia aceptando su verdad y asimilando sus principios y pautas, por otro lado el que necesita de la ciencia toma otra forma de enfrentarse a ella a través de la crítica, la cautela y la disconformidad. Según el autor hombre así son los que renuevan y modifican la ciencia.




Como resumen de lo escrito destaco esta frase del autor en el que dice: “sería encantador que el ser estudiante significase sentir una vivacísima urgencia por este u otro saber. Pero la verdad es estrictamente lo contrario porque ser estudiante es verse obligado a interesarse directamente por lo que no le interesa, o a lo sumo le interesa sólo vaga, genérica o indirectamente.”

































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